Para el cierre de Oblicuo, Móvil y conDIT presentan

La Zairja, 2015
de Luciano Azzigotti

¿Que pasaría si la música fuera el lenguaje? ¿O si nos comunicáramos no sólo con sonidos sino en un entramado de acciones, movimientos y gestos colectivos?¿Que función corporal sería para la vista lo que la voz humana es para el oído? ¿Podríamos pronunciar colores o formas en el espacio?

La zairja es, históricamente, la primer máquina de contar, un ordenador mandálico de decisiones. En este juego, de un modo paradójico, un sistema permite a los músicos interactuar en un ritmo no medido haciendo infinitos los puntos de tiempo.

Esta obra se desprende de una anterior llamada Acelerador de Realidad, compuesta para performers y público distribuidos en el espacio. Establece repertorio de acciones conjuntamente con condiciones de conexión entre los intérpretes generando texturas emergentes y complejas. La división entre público y ensamble, propia del concierto tradicional, se diluye.

En este caso, el parámetro espacial del juego se ha adaptado especialmente para la instalación Oblicuo, de Sebastián Roque.

El ensamble está conformado por estudiantes de la Licenciatura en Música de la UNTREF (Universidad Nacional Tres de Febrero) y músicos invitados.

Duración aproximada: 40 minutos.